Pantera Misionera no es solo un proyecto; es una experiencia transformadora que nace de los valores de la Universidad Panamericana. En su primera versión, 25 alumnos viajaron a Oxkutzcab, Yucatán, durante la Semana Santa. Su misión: realizar actividades de convivencia, servicio y catequesis con la comunidad.
En este proyecto de entrega y servicio, cada alumno descubrió momentos que resonaron profundamente en sus corazones, te compartimos unos de ellos:
“En esta misión aprendí a valorar mucho la forma en que viven las personas del pueblo Mexicano. Aunque tengan pocas cosas, son felices”, comparte Mich, reflexionando sobre la riqueza encontrada en la sencillez de la vida cotidiana.
Para Deniss, un momento especial fue la conexión entre los misioneros: “Me encantó el inicio de la amistad de todos los misioneros que fuimos. Ese instante en el que simplemente formamos fuertes lazos y, con el paso de unas cuantas horas, nos convertimos en una familia”.
Vane nos comparte un momento de despedida lleno de emoción y gratitud: “Mi momento favorito en el servicio social fue cuando me despedí de Doña Bina. Me tomó de las manos y me deseó un buen regreso a la Ciudad de México. Sentí un gran amor por las personas que nos abrieron sus casas y sus corazones”.
Estos testimonios nos invitan a recordar la importancia de la sencillez, de forjar conexiones profundas y de apreciar la generosidad de aquellos que nos rodean.
Por último, el evento de cierre fue la misa de fuego nuevo, donde los misioneros vivieron una celebración con la comunidad distinta a su vida cotidiana. Para Ile, fue un momento que marcó su experiencia: “El último día en Yucatán, la misa de fuego nuevo jamás se me olvidará, fue la misa más bonita que mis ojos han visto. Sentir la fe de la gente y ver cómo toda la comunidad ayudó para que la misa fuera increíble me llenó el corazón”.
Igualmente, Fer nos comparte: “Me conmovió saber que le dejamos una experiencia indescriptible a las personas con las que compartimos en la comunidad; les acercamos a Dios y ellos a nosotros”, destacando cómo las personas aprendemos unas de otras.
Estos comentarios dan a conocer la verdadera esencia de “Pantera Misionera”: no solo es un viaje de servicio, sino un viaje de encuentro, aprendizaje y transformación. Más allá de las acciones concretas realizadas, este proyecto deja un legado de amor, amistad y solidaridad que perdurará en el tiempo.